miércoles, 25 de febrero de 2009

Conchudos





Sólo una muestra.

Conchudo I

Javier Velásquez Quesquén, presidente del Congrezpp quiere darse (y claro una buena parte del APRA lo apoya) una ley que le permita postular a la presidencia regional y de no logarlo, regresar como si nada a su puesto en el congrezoo. Aunque haya retrocedido un poco aún le sobran las ganas de no alejarse del poder. Conchudo el norteño.

Conchudo II

El Gerente de Transportes de la provincia de Maynas pide coima para acelerar una licencia y en su descargo al momento de ser atrapado y abordado dice que esto es “casi normal” pues lo único que hizo es intentar agilizar un proceso para el que no existe suficiente personal. Intenta defenderse y no encuentra mejor argumento que ensuciar a los periodistas que los destaparon argumentando que intentaron sobornarlo. Dos veces conchudo y ganzo.

Conchudo III

Han pasado siete días y Antonio Rosa un dominicano de 23 años continúa manteniendo una erección que lo esta amenazando de verdad pues los médicos han informado que si so continúa en las próximas horas tendrán que operarlo. Rosa, quien dijo haber tomado alcohol y un estimulante para tener mejor vigor sexual se encuentra preocupado pues ya abandonó el hospital y su miembro sigue erecto. No se sabe nada de la afortunada pero se sospecha que también habría ingresado a un hospital para ser tratada de insuficiencia cardiaca. Te pasaste Antonio.

Conchudazos

Miles de profesores pertenecientes a ese sector que en el magisterio se llama “convenios”, es decir colegios religiosos o de las FF.AA, han desaprobado en el último examen. Incluso hay algunos en Arequipa y Moquegua que han laborado por varios años pero que cuentan con nota equivalente al 06 ó 07, pero como esos contratos provienen vía propuesta del promotor (ya sea el cura, pastor, el policía o el militar), han empezado a designar a estos desaprobados como una especie de premio ante tanta ineptitud. El Ministerio no puede hacer nada y el sindicato peor. Conchudos.


Más conchudos



Dos policías chocan en su carro. Uno es oficial y la otra una tierna subalterna que seguramente enredados por el alcohol decidieron ir de parranda sin importar la condición de uno o de otro. Chocan en la madrugada dejando cuatro heridos , sale la ministra a jamonearse con un discurso moral. Pero al momento de la intervención hay una clara intención de encubrir a los efectivos de las cámaras de la televisión, sacándoles el uniforme para que no parezca más evidente de los que es. Los encubridores, los subalternos de la comisaría de Monterrico. ¿Acaso el capitán borracho y mujeriego se jugaría el pellejo por los subalternos si el caso sería al revés? Conchudo y encubridor.

Todos Conchudos

Kina Malpartida campeona en su categoría de box a nivel mundial y todos ahora nos sentimos orgullosos. Saltan los oportunistas pidiendo los laureles deportivos, una pensión de por vida para la deportista que ahora es más peruana que el ceviche.”Se lo dedico a mi país” parece haber dicho compungida aún por los 10 asaltos que le demoró la pelea contra la mexicana. No importa si peleó en su short con bandera australiana, que haya hecho su vida en ese país el cual le sirvió de trampolín para llegar a los EE.UU. donde radica y el cual no pensaría dejar. Su éxito es individual como casi en todos los deportes donde el Perú ha tenido algo de brillo. No seamos conchudos.

miércoles, 18 de febrero de 2009

La Derrama que no derrama


Los maestros no merecen esta DErrama




La historia de la Derrama Magisterial es muy sencilla. Hace unas décadas cuando aún los sindicatos mantenían del cuello a los gobiernos con sus cupos de poder – como funciona aún pero en menor medida – existieron en muchas dependencias del estado unos organismos que con el pretexto de asegurar una mejor jubilación, entretenimiento y “atención” a sus involucrados, crearon una especie de organismos tutelares - bancarios que incrementaría sus aportaciones mensuales y obligatorias con el pretexto de solidarizar su trabajo frente a un mercado brutal que abusara de la usura y que sólo atendiera a sectores A o B o adinerados que a su vez pudieran acceder al crédito mediante ventajas que los trabajadores públicos no obtendrían.

De esta manera, y lógico, por una obvia condición tempo espacial se crearon las Derramas en todos los sectores sin control aparente. Pero si de Derramas hablamos el de Educación, ya sea por la cantidad de sus afiliados o por la condición de su sindicato, fue el que fuertemente perduró convirtiéndose en un verdadero mounstro que lamentablemente no ha podido ser abolido o en todo caso mejorado para el verdadero bienestar de sus afiliados: los pobres maestros que no reciben casi ninguna ventaja de sus aportaciones que religiosamente realizan.

Para muestra unos ejemplos. La Derrama magisterial ofrece con bombos y platillos préstamos a los maestros con una tasa de interés de 1.85 mensual lo que equivaldría aun 22.2% anual. Los que hemos trabajado en bancos sabemos que esa tasa limita con la usura, peor aún en estos tiempos que la oferta en el sistema financiero es una verdadera ventaja para el consumidor. Cualquier banco (estamos hablando de los más importantes como el Crédito, Scotiabank o Interbank) ofrecen sus tasas en un promedio de entre 15 ó 18% anual si se trata de trabajadores que no han entablado – vía sus empleadores – en lo que ellos denominan sus convenios interinstitucionales.

Estas tasas se han mejorado tanto por la oferta de un banco “nuevo” del mercado y sin contar con las Cajas Municipales lo que ha rebajad olas tasas incluso llegando al 9 % en muchos casos cuando se trata de trabajadores en la condición de nombrados, como por ejemplo son los que atiende la Derrama (pues solo ofrece créditos a estos sectores y no a los contratados que es un sector más desvalido para ellos). Es decir la Derrama que se creó en su momento con un espíritu solidario y con el afán de combatir a la usura capitalista que imperaba en los bancos en realidad lo que ha hecho ahora (en la última década) es abusar de su condición de competidor desleal pues tiene un público cautivo en su sector, por el simple hecho de que su directorio está compuesto por “maestros” que supuestamente han sabido manejar sus finanzas, eso sí, sin dar cuenta a sus mismos afiliados. Hay por cierto una rendición ante la Superintendecia de Banca y Seguros pero más perece letra muerta por lo lejana y extemporánea que es.

Pero porque aún persiste la Derrama si es tan onerosa para los maestros. No es por su propiedad de hoteles limeños que suelen poner en sus propagandas o por sus ventajas ante la desvalidez, es en buena cuenta porque el mercado no ha terminado por liquidarlos debido a la ventaja que poseen al momento de su afiliación. Que por cierto es casi obligatoria (haber multipliquen 17 soles por 300 mil maestros a nivel nacional. ¿Cuánto dinero manejan estos dinosaurios izquierdistas?), sino también debido a una ausencia de democracia en la elección de la dirigencia. Si. Porque aunque parezca lejano el tema es real y directo. Si los maestros fueran más conscientes y hubieran obligado a elegir universalmente a sus dirigentes y no a dedo izquierdista y argollero como funciona aún, entonces el directorio de la Derrama – compuesto en buena cuenta por esos dirigentes que antes de morirse se aseguran buenos dividendos de la Derrama porque así esta copada la manera de elegir de su directorio - entonces otra hubiera sido la historia. Si ustedes preguntan cual es la verdadera intención del dirigente sutepista a nivel nacional, la verdadera no es otra que hacerse viejo y gracias al “respeto” de las canas ganarse un cupo en la Derrama y morir diciendo que luchó por el bienestar de los maestros. No jodan.


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jueves, 12 de febrero de 2009

La Punta de Bombom





Capitulo I

Sales por la panamericana Sur a unos 100 KM x hora porque quieres llegar antes de las 9 de la mañana al balneario costeño que se llama “La Punta de Bombóm” porque tiene como escenario principal un cerro que se enclava como un puñal hacia el mar que hace que éste se corte en suaves olas propicias para el mes de febrero. A unos cincuenta kilómetros avanzados un gran botellón (y no de los que ya se observa por carnavales) que hace que una serpiente de carros, motos, y accidentados se obstaculicen en una interminable caminata en pleno desierto del sur peruano, una extensión del cálido Atacama, la más extrema canícula del mundo.

Capitulo II

Mientras uno observa las dunas de tierra, arena, sal y botellas rotas por los incultos transeúntes de carros, no puede dejar de observar como el capital minero se empieza a depositar en la zona como una amenaza (ellos dicen bienvenida) de inversión que llega hasta las últimas colinas de ese mar aún por explotar. “Tía María” se ha denominado la nueva propuesta y ya empieza a enamorar a los pobladores con la promesa del trabajo y asustar a los ambientalistas que no creen que tamaña “minasa” sea la salvación de “todos”.

Capitulo III

Mientras todos caminan buscando un oasis en forma de bodega en medio del desierto, las radios anuncian que una empresa minera – petrolera vinculada a los escándalos de los petrouadios ha sido rematada por gracia y bendición de un presidente aprista que vio en esta venta la oportunidad maravillosa de voltear la hoja de la corrupción. Hablan especialistas anunciando que la venta fue antipatriota, que los impuestos no se pagaron en el Perú, que no hay política minera (que nunca la hubo), que sospechosa la visita de los compradores semanas antes ante el espigado caudillo que necesariamente tiene que bendecir una inversión porque en el Perú – dicen las malas lenguas – no cuentan las instituciones sino el caudillo y su palmadita en el hombro para bendecir el vino de la inversión y la multiplicación de los panes extranjeros.

Capítulo IV

Las Maquinarias en la Panamericana siguen llegando, enormes ejes que no caben en un carril por lo que ocupan casi los dos de la carretera ideada a inicios del siglo XX cuando sólo existían carretas y mulas alpaqueras. Bien a los chalecos fosforescentes y las camionetas 4x4 con circulinas delante y detrás de cada mole que anuncia que la fila interminable de autos seguirá estacionada mientras ellos lo decidan, total, primero es la inversión extranjera y el resto es sólo eso, el resto. Todos los pasajeros en medio desierto entienden ciudadanamente que esta bien, que finalmente eso traerá progreso y capital. Termina de pasar el convoy metálico y empieza la caravana a moverse lentamente, todos suben a sus carros, a sus motos a sus combis, algunos ya se han tomado las provisiones de cerveza del fin de semana, agarran velocidad de 120 por hora, nosotros los seguimos también, ya no nos detenemos en los valles de Cocachacra, Chucarapi o el Fiscal para comprar fruta o alfajores, sólo seguimos raudamente uno por uno como si nos estuviera persiguiendo el diablo o como si presagiáramos que talvez al otro año ya no encontremos esa punta a orillas del mar y sólo haya en su reemplazo relaves, maquinarias, cobre, plata y claro, inversión bendecida por el caudillo.

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jueves, 5 de febrero de 2009

La institución personalizada



¿Por qué los caraduras son “tan así” realmente?

La peor tara de nuestra historia republicana que ha llegado a ahogarnos en estas últimas semanas tras escuchar uno y otro de los petroaudios (nacionales y de provincia) es la “Institución Personalizada” que no es otra cosa que la creencia de ser propietario de un organismo del estado – sea cual fuese el nivel de gobierno – por parte de una persona que siendo elegido o designado le atribuye a ese “beneficio” administrativo un carácter de obtener, por un tiempo definido o indefinido, la cualidad de propiedad privada de lo que está administrando.

Porque nuestro país y muchas de las regiones donde desborda los capitales por beneficios económicos gracias a los recursos, no podrá tener futuro como algunos políticos aspiran en sus discursos oficiales sólo si de hecho se desterrara la corrupción o se eliminara la pobreza. El verdadero reto, aún más difícil que el hecho mismo de superar nuestras taras históricas, es el de institucionalizar los organismos del estado, despersonalizarlos, volverlos autónomos y pegados a la norma, que, aunque lenta, primitiva y desnaturalizada, es cien veces mejor a un organismo cuyo jefe, presidente, alcalde, gerente, funcionario o simple trabajador actúa bajo los síntomas genéticos del mismísimo dueño de los recursos que maneja.

¿Por qué tanta naturalidad de Rómulo y compañía (s) al hablar de “negocios” con el Estado? ¿Porqué era casi natural y un derecho adquirido para ellos ingresar a Petroperú, Ministerios de Salud, Interior, diversos organismos etc? ¿Por qué la cualidad de facto de imponer tal o cual funcionario que esté de acuerdo a sus intereses y “objetivos comerciales”? ¿Por qué el éxito como sinónimo de faenones o las ganancias como un hecho natural de relación trabajador – salario? Acaso no es sólo un comportamiento natural y generalizado en los funcionarios y “jefes” en diversas instancias que observa el ciudadano día a día. Esa es la institución personalizada a la que también se referían Plinio Apuleyo Mendoza, Alvaro Vargas Llosa y Carlos Alberto Montaner en su edición de “El Regreso del Idiota” en alusión al idiota latinoamericano que en el Perú nunca se fue para regresar sino se quedó agazapado entre nosotros, escondido entre los militantes de un partido que hizo del concepto de la participación ciudadana en el poder una interpretación también personalizada entre sus gentes.

Esa participación ciudadana que debería democratizar el gobierno para convertirlo en un manoseado y famoso co – gobierno no es sino un engaño más que ha quedado en los genes de nuestros funcionarios, algo que han heredado en las venas y por ende no es extraño escuchar las excusas autoritarias para justificar un cargo y su labor dentro de el. Talvez es simplemente lo que describe este ensayo aludido de nuestra realidad cuando señala abiertamente y con una claridad de llanto que “esa participación no fue tal, sino una nueva oligarquía: la de los supuestos representantes del pueblo en la esfera del público”

Por eso observamos sin el mayor desparpajo como miles de personas aspirantes a una nueva categoría social empiezan a perfilar sin el mayor empacho su postulación o repostulación como una consecuencia casi directa de su trabajo político como si el cargo al cual aspirasen les correspondiera por el solo hecho de existir. Esa personalidad, ya no megalómana ni estrambótica o huachafa es en realidad una enfermedad de la que los peruanos no hemos podido salir (mejor aún, no hemos querido salir) porque significaría una nueva estructura mental a la cual no estamos acostumbrados, un nuevo orden de las cosas una nueva concepción, un nuevo rostro nacional un cambio total, algo que muchos hablan en sus discursos pero que en realidad esconde concientemente el verdadero statuo quo que necesitan para seguir existiendo.