miércoles, 28 de marzo de 2012

La biblioteca de Vargas Llosa



Por estos días la ciudad blanca está en revuelo por la presencia del premio nobel Mario Vargas Llosa. Uno de sus anuncios que traía en secreto y que fue revelado ayer ha dado una satisfacción plena a los que admiramos su talento y disciplina para la literatura. El escritor ha prometido que donará su colección de libros que alcanzan a los treinta mil y que estos podrán verse – con anotaciones incluidas – en la casa museo que están refaccionando en lo que fuera la casa de los Llosa en la Av Parra del cercado de la ciudad.
No deja de ser raro todo esto, porque los que conocemos mas o menos la historia del vate arequipeño sabemos que en esta ciudad sólo vivió algunos primeros meses de su vida antes de irse junto a su familia a Bolivia llevado por los problemas políticos del país que arrastraron al abuelo y un poco también por la “vergüenza” de una familia de arraigo y aristocrática pero empobrecida a la cual el “esposo” de una de las hijas, osea  su madre, había abandonado ante el estupor de toda la prole.
Por eso siempre pensamos muchos que en realidad Arequipa, cómo alguna vez los asesores de Fujimori le aconsejaron para que soltara la idea, no había sido más que un accidente geográfico en su biografía. Aunque él siempre se mostró muy cariñoso con la ciudad de sus ancestros y la cual “había aprendido a quererla” a traves de los relatos de sus abuelos y tíos, en realidad sus primeras obras reflejaban más bien ambientes norteños, limeños y hasta amazónicos y no tanto arequipeños o andinos.
Eso provoca que una de las preguntas más repetidas de los periodistas locales sea: “escribirá algo relacionado directamente con Arequipa” y la respuesta se estampa con todo protocolo que responde en realidad a una hipótesis de trabajo de todo creador. “En realidad tiene pensado varias cosas sobre la ciudad”. Lo que no se sabe a ciencia cierta si esto se refiere a un cuento, una novela, un ensayo o sólo un artículo en referencia a la ciudad donde ha celebrado su cumpleaños 76.
En esta ocasión el hacedor de grandes historias ha estado rodeado de cocineros como Gastón Acurio inaugurando una escuela de cocina en una de las zonas más pobres de Arequipa, obra en la que ha participado el arzobispado y como no, el Gobierno Regional, que años antes ya había convertido sus despachos arquitectónicos del centro de la ciudad en la hermosa biblioteca pública que ahora lleva el nombre del premio nobel.
Esta fue una idea que fascinó al escritor y a la que ahora se suma el aporte que hace este organismo para que cada año en el marco de la Feria del Libro de Arequipa se entregue el premio a la mejor novela corta que, obviamente, lleva su nombre. Se han presentado cerca de 700 escritores  y este año inaugural ha sido el profesor limeño Pedro Novoa Castillo que ha ganado el placer de recibir el premio de manos dele escritor y también 5 mil euros aportados por los mayores benefactores de esta actividad cultural: el gobierno regional.
Es gracioso observar esa estampa en Arequipa. Un cocinero y empresario pragmático, un arzobispo que pertenece o mejor dicho representa a la más radical derecha del Opus Dei, un presidente regional filósofo y marxista militante desde que nació y un escritor liberal que ideológicamente, desde hace décadas está años luz de estos dos últimos. El resultado es que Gastón continúe afianzando su idea en público de popularizar la alta cocina en el Perú y en secreto de ir juntando municiones y aprecios para un futuro político prometedor, que el arzobispo genere la idea de no ser sectario ni conservador y tener más apoyo para no construir la gran zona rosa del sur del peru en la ciudad blanca  y que un presidente regional obtenga las bendiciones políticas para continuar reynando en la escena local y porque no, proyectarse a una esfera nacional, pero lo más importante estampa y valiosa de verdad es la donación de la biblioteca entera del premio nobel que lo justifica todo.







lunes, 26 de marzo de 2012

Gobernador y no presidente


- Las intenciones de los congresistas detrás de sus decisiones

La Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso de la República acaba de aprobar un proyecto de ley que tendrá que ser debatido, y seguramente será aprobado por el pleno, que cambia de nombres a los presidentes regionales por el de gobernadores regionales lo que evidencia la envidia – más allá del término estrictamente semántico – y la intención de ir retirándole la alfombra al peso económico y sobre todo político en sus jurisdicciones que tienen hoy estos presidentes.

Auque este proyecto no va más allá de la denominación, ya hay varios congresistas líderes de sus bancadas que ya se han pronunciado a favor de ir quitándoles ciertas atribuciones constitucionales o en todo caso ir eliminando ciertos rangos de las normas que se producen en las regiones de tal manera que no compitan legalmente con las decisiones del ejecutivo, tanto del presidente de la república, pero sobre todo de los ministros.

Hablan, también estos políticos, de ir dándole al Congreso más atribuciones de fiscalización a los presidentes obviamente con la intención de ir bajándoles la llanta, políticamente en algunos casos y en otros ir con la daga de la “investigación” para luego transar beneficios desde un poder del Estado, que de por sí ya tiene las atribuciones suficientes para iniciar estos proceso de fiscalización en diversas materias.

Aunque el tema de Conga y Gregorio Santos puede haber vuelto oportuno el tema, esta decisión ya se venía cocinando con anterioridad. ¿Está bien que un presidente regional se llame gobernador? Si sus atribuciones son las mismas no tendría la menor importancia, excepto casos anecdóticos y patéticos como esos de llamar a su esposa primera dama, hacer tarjetas con este formato o referirse a estas autoridades en los documentos de gobiernos regionales como “excelentísimo”, no vienen a ser sino parte de la huachafería propia de los peruanos o un caso exagerado de franelearía tan nuestro también.

Por el contrario se podría decir incluso que las atribuciones en materia económica aún son escasas y que antes de pensar en cambiar el nombre deberían reformar ciertas atribuciones del Ministerio de Economía para poder transferirlas a los gobiernos regionales como es el caso de los gastos de inversión, por ejemplo. Aunque en este caso afloraría el prejuicio capitalino de pensar que desde provincia no hay suficiente capacidad para poder formular y llevar adelante estos proyectos o en todo caso existiría el riesgo de la corrupción que luego nadie podría vigilar.

Pero en el Congreso no está pensando de esta manera y con este inicio de reformas en este asunto ya se está trabajando en construir legal y políticamente una buena cama para sus líderes con miras a las próximas elecciones. Mandatario, gobernador, presidente, qué más da si las atribuciones se van a ir eliminando y con ello un aletargado proceso de descentralización que no se queda sólo en elegir bien o mal a un presidente regional, sino en las capacidades de un determinado territorio de decidir, en estudio y reflexión de su propia realidad e identidad, su propio desarrollo.

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El peso de Antauro

Más perjudicial para el gobierno de Ollanta Humala es tener lejos a su hermano Antauro hoy recluido en un penal para militares, de cual se acusa sería un privilegio que partió desde palacio o en todo caso la especulación periodística advierte que sería la presión familiar por el hermano acusado en estos días de tener dentro de su agenda el manejo de amenazas sociales en cuanto a la inversión minera.

Lo que parece reclamar un sector de la prensa y ciertos grupos políticos es, como sucedió con ciertos ministros defenestrados y con un gabinete medio rojo, alejar lo antes posible al hermano, pues este resulta una amenaza al viraje diestro de este gobierno y en todo caso la domesticación del grupo parlamentario y de la mayoría de ministros no resultaría efectiva si es que desde una cárcel el hermano sale recordándole a este gobierno la vigencia real de un embalse social que no parece haber terminado con las medidas paliativas en cuanto a programas sociales que ha iniciado el gobierno de Humala junior.

Es evidente que el tiro puede salir por la culata, pues la mediatización de Antauro es realmente sorprendente y nadie – desde una oposición sin ser realmente opositor en este gobierno - ha tenido tanta vigencia en los medios y en el discurso de los líderes o representantes de grupos como los fujimoristas, apristas, toledistas e incluso los “tótems” como el mismo Mario Vargas Llosa que ha terminado por empoderar aún más al hermano.

Sin embargo si el gobierno aceptaría, o mejor dicho, acataría lo que le están pidiendo en todos los idiomas hoy varios sectores en relación a mostrar un alejamiento real de Antauro con gestos como terminar con su prisión dorada, se estaría disparando en los pies endebles de cara a sostener un sector que aún confía y tiene esperanzas que cumpla con lo prometido en cuanto a la agenda social.

Las bases radicales de los nacionalistas confían mucho en Antauro, incluso se puede decir que es su carta electoral antes que la misma esposa del mandatario y un mayor acercamiento al gobierno los haría respirar aún ese aire de transformación con que llegaron a ser gobierno y que hoy parece diluirse lentamente así el respaldo en las encuestas diga lo contrario.

Antauro debe saber de esto y por eso aprovecha supuestamente manejando cargos en diversos sectores y problemas sociales en lugares donde es una verdadera referencia electoral, incluso se ha vuelto experto en sembrar consciente o inconscientemente pastillas doradas como esto de cambiar de mujeres o estar con algunas que mediáticamente son atractivas y generan mucha expectativa. Es un manipulador en todo sentido y el gobierno sabe de esto y por eso le regala estas gollerías que por más amparo legal que tengan no dejan de ser un regalito para la tribuna del hermano Antauro

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jueves, 1 de marzo de 2012

La paz del no futbol



La Universidad San Martín se ha retirado del futbol profesional peruano. El equipo que menos hinchas tienen en el balompié nacional ha encontrado el momento perfecto para zafarse de un culebrón económico tremendo que significa mantener a casi una treintena de futbolistas mediocres que en los últimos años han incrementado sus sueldos y no han traído mejoras en la calidad del futbol profesional nacional.

No es culpa de los jugadores que las ganancias en el mercado del futbol haya beneficiado en mayor porcentaje al futbolista en desmedro de todo el aparato que se mueve a su alrededor. Tampoco es la culpa de ellos que la formación, el fortalecimientos de un sistema de sociedades anónimas y cambios en la legislación y normas del futbol no hayan desarrollado el mismo, pero ellos son el resultado pintoresco, natural e histórico de lo folclórico de nuestro balompié.
Por eso cuando se puenteó a los clubes, que sí estaban al día en las planillas, como es el caso de la San Martín, y se anunció la huelga por parte de los agremiados lo cual paralizaba el campeonato, la San Martín sacó la carta bajo la manga y anunció su retiro definitivo. Cerró el Club y que los huelguistas le vayan a reclamar a la Federación, la FIFA o la Agremiación, pero del equipo – cuyo mejor símbolo era una muela – no iban a sacar nada.

Una decisión por demás oportuna pero certera en un primer momento. Pues toda la reflexión acerca de las deudas a los futbolistas, no es nada en comparación a las deudas tributarias que el estado no ha querido cobrarles a una mayoría de equipos del futbol profesional. Si el Estado se manejaría como Antonio Chang maneja la Universidad San Martín y su equipo hace rato ya se habría acabado ese futbol peruano que tenemos para felicidad de los que lo padecemos cada domingo.

Y de paso se hubiera terminado esa discusión primate que sostienen los aliancistas – cremas y viceversa cuando discuten qué equipo es el mejor, cuando bien conocen que los dos son los más conchudos, mediocres y perdedores a nivel internacional de las últimas décadas, no del balompié nacional sino internacional y que remedian con la frase filosofal de uno de los más ilustres pensadores del futbol (“puma” Carranza)”la U es la U pe”, para poner el ejemplo de la justificación en todo al caso financiero del equipo crema.

Al menos esta medida de la San Martín, a la que parece sumarse otras más, aunque en las últimas horas parece que la cosa se ablanda, ha permitido una tranquilidad para los que vemos el futbol de otra manera. Aunque todo esto es pasajero, pues la política va intervenir en cualquier momento para solucionar repentinamente lo que debería ser siempre una cuestión técnica y netamente deportiva. Otra vez volveremos a tener los mismos esquemas, los mismos entrenadores, los mismos jugadores, los mismos dirigentes, las mismas mafias dando vuelta por los equipos año tras año.

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Mi amigo Dongo


Mi amigo Dongo sería incapaz de tocar a una mujer sin su permiso y menos a una menor de edad. Por eso no creo en esas imputaciones que le han hecho a mi amigo Dongo por quien yo sí pondría las manos al fuego aunque esto signifique quemármelas una vez más. He conocido a mi amigo Dongo durante más de quince años y es un señor desde cuando lo vi por primera vez en la Universidad. Jovial, cabellos más largos de los acostumbrados a su edad, alto, un poco delgado entonces, aplicado para con las materias, responsable y siempre respetuoso, a su manera claro, pero eso sí, con las damas era un pan de Dios.

Agudo para las bromas, sereno para las respuestas académicas, informado para las conversaciones públicas y políticas. Eso sí, hincha acérrimo del Alianza Lima, una vocación que iría perdiendo con el pasar de los años, una vez que su inteligencia de hombre adulto lo llevara a la coherencia. Alguna vez se enamoró de una compañera de estudios y recuerdo como repasaba miles de versos de autores que por primera vez conocía para poder entregárselas a la dama que poca gracia tenía para este tipo de afectos. Años después, cuando la vio casada con su compañero de estudios, ni se asombró, por el contrario, ensalzó el gusto del hombre y la belleza perdida de la dama.
Por eso me asombran, cuando intentan dañar la imagen de un hombre fiel a sus costumbres de sobriedad. Cuando alguien por ahí denunció que había cometido diversas faltas a la moral contra unas damas, fui el primero en no creer ninguna de ellas y muy por el contrario me puse a su lado sin escuchar siquiera la explicación de estas denuncias que para mí serían inventadas tras un contubernio de personajes en todos los ámbitos que querían traerse abajo la reputación de un hombre intachable.

Sin que me lo pidiera me puse a su costado y armé  toda una estrategia para desprestigiar a los enemigos de Dongo. El “flaco”, como aún lo llamo cada vez que conversamos, nunca me lo pidió y tampoco me lo agradeció, solo pensé que era mi obligación, que él hubiera hecho lo mismo por mí, a pesar que no nos veíamos largos años.  Seguramente me hubiera buscado y con esa misma complicidad de años universitarios, con la fantasía y la imaginación de un saboteador de campañas, hubiera enredado las cosas para que por un resquicio de confusión generalizada yo salga libre de toda acusación.

Luego seguramente nos reiríamos de cada uno de los enemigos y al igual de las parodias argentinas de los primeros programas de cable internacional que tanto nos gustaban, y acompañado de un vino ligero, nos reiríamos de la incapacidad de poder destruir la honra de un amigo que para unos ha caído en desgracia y  para otros pocos sólo ha vivido un capítulo más en su zigzagueante biografía.

No podría decir que tomaríamos hasta el fin de los días porque él era un hombre totalmente abstemio. Esa condición era un aspecto que nunca alcanzamos a comprender los que lo conocíamos. ¿Cómo un hombre tan ido de la realidad para encarar las cosas podía hacerlo y aguantarlo sin un solo sorbo de licor? Era increíble verlo emborracharse con nuestras conversaciones mientras nosotros tomábamos de todo y el sólo calentaba su vaso con agua mineral, hasta podría jurar que se emborrachaba más que todos sin haber probado una sola gota de licor macho.

Dongo ahora está tranquilo porque sabe que los que lo queremos lo seguimos apreciando de la misma manera. Nada habrá cambiado cuando lo vea porque una persona dedicada a las comunicaciones sabe lo volátil que pueden significar las palabras en el aire. Él está tranquilo en su bodega ejemplar, ordenada, legal y fiscalizada por todos, allá en el barrio de San Lázaro, donde cuida a su madre y su hermano con la pasión que sólo tiene un hijo menor. Un día de estos voy a ver a mi amigo Elmer Dongo Arrasco, “el flaco” un señor que jamás tocaría a una dama sin su permiso, menos a una niña, eso significaría para él un suicidio ante la sociedad y algo con lo que no podría vivir.

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