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- A pesar
de Nadine y de 3,500 millones de inversión para Arequipa
Por Héctor Tintaya Feria
A pesar que el accidente de su esposa, la primera
dama Nadine Heredia, amenazaba con la llegada del presidente de la república a
las alturas de Caylloma – Arequipa, Ollanta Humala Tasso finalmente arribó a
los 3900 m.s.n.m. y sobre todo encontró a uno de sus 62 soldados que lo
acompañaron en su asonada en Locumba del año 2000 para insurgir en contra del
gobierno de Alberto Fujimori.
Se trata de “Guyo” Andrés Yanque Flores, que se
vistió con su traje nuevo y elegante en camuflaje del Ejército peruano para
recibirlo en el estadio de Sibayo donde él vive. No sólo eso, compró un molde
de un kilo de queso en Tuti para regalárselo. Hasta este pueblo ahora llega la
carretera asfaltada que el presidente tenía que inaugurar pero que al final,
por los afanes de la demora, no lo hizo. Al menos se llevó el número celular de
“Guyo” que no cabía en su pecho por la emoción de ver nuevamente a su
comandante.
Los compromisos de La Montera
Mientras esto sucedía cerca del nevado Mismi,
en el coliseo La Montera en Chivay, se discutía como debía repartirse los
3,500 millones de soles que a través de los diferentes ministerios, región y
municipios en las diferentes obras y proyectos de infraestructura y servicios.
Metros arriba, una población asombrada no podía creer como el presidente podría
desairarlos a esas horas que ya se conocía que el accidente de su esposa no
había pasado de un gran susto. Aún así esperaban junto a funcionarios de
diversos organismos, alcaldes, gobernadores, efectivos PNP y bandas llegadas de
diferentes pueblos del circuito del cañón del Colca.
“¿Ud. Cree que me haga caso?”, me preguntó “Guyo”
Yanque el Sgto II de Artillería, el arma del presidente, antes de escribir el
número de su celular que el propio Humala le había pedido. Incluso no pudo
hacerlo y pidió ayuda. A su lado, varios de sus vecinos que conocen su
historia, le gritaban que se apurara porque Humala Tasso ya iba abordar
el helicóptero E.P. en el que llegó desde Arequipa. “Entrégaselo a su asesora
de prensa que está junto a él”, fue lo único que pude decirle en medio de los
gritos, apretones y vivas que la gente intentaba hacerle conocer al presidente.
Estaba aturdido.
Todos se habían emocionado. Según el alcalde de
Sibayo, Raúl Mamani, Humala Tasso era el primer presidente de la república
democrático que llegaba al distrito. Lloró incluso de la emoción de elegirlo
hijo ilustre y entregarle las humildes llaves de su pueblo. La gente gritaba
“Haz la carretera Ichupampa- Caylloma” y más atrás, se dejó escuchar esas voces
que autoridades, periodismo y población también reclamaba con urgencia en torno
a Arequipa. “Majes Sihuas II, no te olvides que es de Arequipa”, a lo que el
presidente sólo sonreía.
Tal vez porque durante el VI Consejo de Ministros
descentralizado que se llevó a cabo desde las 11 y 45 de la mañana del
último día de enero, ya se había definido la posición en torno a este proyecto
anhelado para los arequipeños. Antes de la clausura ya en la noche y en tono
irónico que no dejaba de tener un aire de reclamo, el presidente de la región
Juan Manuel Guillén le recordó a él y al premier Juan Jiménez Mayor que el 28
de noviembre del año pasado junto al presidente regional de Cuzco y
congresistas de ambas regiones el propio Jiménez firmo el acta con el que se
definió el estudio de balance Hídrico del proyecto que realizaría la UNOPS y
que debería estar culminando en 10 meses.
“Ni un día más presidente”, le dijo Guillén antes
de recordar que lo que había pasado en Caylloma era una especie de reencuentro
de Arequipa, la república independiente, con su país el Perú a lo que todos en
el auditorio aplaudieron. Por supuesto que Humala ya en su discurso de clausura
enfatizó que los plazos se cumplirán, lo mismo hizo minutos antes con otros
proyectos como el Sistema Integrado de Transportes (SIT) y la viabilidad del
gasoducto del sur para licitarlo en dos meses como máximo. “Estas siendo
grabado ah, hay testigos Jorge” le recordó al ministro de Energía y Minas,
Jorge Merino, quien sonriente, pero con cierta temeridad, miró al resto de
ministros.
Rumi LLaqta para la familia Humala
Pero esto sucedió después de las emociones que
significan estar en contacto con la población que, según el propio Humala,
“tuvo voto cerrado a favor del nacionalismo”. “No me agradezcan, yo debo
agradecerles por haberme elegido y atesoro más esta llave humilde de Sibayo,
que las que me entregan en ciudades del extranjero, porque ustedes son mi
gente, por eso vendré con Nadine y mis hijas a quedarme un día”, alcanzó a
decir en medio del aplauso de Collaguas y Cabanas que habían ido a recibirlo en
la cuarta vez que llega a Arequipa desde que es presidente.
Mientras prometía una vez más, la gente mostraba
con orgullo su Rumi LLaqta y sus casitas parte del escenario lítico de
barro y paja que rodea el pueblo y que se encuentran ahí, incluso, antes del
incanato. El alcalde le recordaba, aunque no era necesario, que la palabra quechua
que identifica a Sibayo significaba “pueblo de piedra”. Ollanta lo sabía,
porque lo balbuceó, mientras explicaban su connotación histórica que ahora
intentan convertirlo en un atractivo turístico. Precisamente en una de estas
casas es que “Guyo” Yanque había ingresado a pedir un lapicero y papel cuando
el presidente le pidió su número.
“Ud. cree que me lo pueda alcanzar el papel”, me
volvió a preguntar inseguro de lo que había pasado, mientras el presidente
volvía a correr para el pesar del contingente policial que no está acostumbrado
a estos trotes a 3900 m.s.n.m. “Dale al menos a su seguridad más cercana, dile
que el presidente te lo ha pedido” le insistí en medio del tumulto y la banda
que no dejaba de tocar el wititi y entonar desordenados el wifala, como si
intentaran dejar su vida en ese aliento.
Aunque Ollanta Humala repitió en varias
oportunidades que se compra el pleito de la construcción de la carretera a
Caylloma (200 millones) que supervisará para lo que pidió la ayuda, la
ejecución de los 3,500 millones y construir más tambos para llevar al Estado a
las alturas y que éste no tenga soroche, el resultado, así como una respuesta a
“Guyo” Yanque se verá en el tiempo. Aún así nadie le quita la emoción a “Guyo”
quien ya después de la visita de su comandante dijo que, si por si acaso lo
llaman, le dirá que en Caylloma haya más soldados que participaron con él y su
hermano Antauro en la insurrección de Locumba.
Lea la columna Cerbatanas en: www.proycontra.com.pe
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