Por Héctor Tintaya Feria
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Los
Angry Birds
Santiago
me lleva rápido de la mano por las calles San Camilo y Alto de la Luna para
poder comprar un álbum original de los Angry Birds (Pájaros Furiosos). Hace
años, cuando los niños coleccionábamos los álbumes del “Porqué de las Cosas” o
los jugadores del Mundial 1982 ó 1986, también hubiera querido que mi padre me
lleve por las mismas calles para encontrar estos sobres que antes las vendía la
editorial Navarrete y se pegaban con goma externa. Por eso me emocionaba ir,
aunque aún no conocía que diablos era eso de Angry Birds.
Ahora
ya son sofisticados claro. Vienen adhesivos y con suculentos premios que hay
que consultarlos en la página web del distribuidor. Si se trata de álbumes de
cromos, tendría que ser necesario comprarlos. Ahora que la tecnología lo ha
acaparado todo, encontrar gente que se dedique a vender, comparar y canjear las
figuritas repetidas, es un verdadero milagro.
La
presencia de sólo dos viejos vendedores en esta plazuela que antes era
abarrotada por ganarse los niños que emocionados llegaban con sus figuritas
repetidas, confirma la desolación. Ya no se pelean porque en realidad hay
pocos. Es más, antes paquetes como acordeones en manos, se canjeaban dos o tres
álbumes por temporada. Ahora sólo están estos benditos Angry Birds.
“Quiere
el original o el bamba”. Me responde el vendedor más viejo de la plazuela.
Discriminar uno del otro, en estos tiempos de sofisticación de la piratería es
una proeza. Peor aún para alguien que recién ha escuchado el nombre de estos
pájaros furiosos que se pelean por pegarles a unos chanchos que se robaron los
huevos. “Papá que significa bamba”, me repite Santiago. Bueno es algo que se
“piratea” y se produce casi exactamente al original, le digo tratando de dar
una respuesta coherente para no decir que medio Perú es “bamba” actualmente,
incluyendo su gente, claro, está.
La
diferencia en precio es mínima. Compramos el álbum grande y cinco sobres que se
destaparán en breve. “Señor, me insiste el viejo vendedor, le vendo “caleta” el
paquete entero para que le entregue cinco sobres diariamente a su hijo, eso sí,
tiene que haber comido antes o hacer su tarea. A los padres que vienen por acá,
les da buenos resultados”, me reitera en tono pedagógico. – No es mala idea-,
le replico y pago los 22 soles que cuesta el paquete y que obviamente no llenará
el álbum porque un 20% tocará repetida, por lo que tendré que volver con
Santiago a cambiarlas, eso sí, tres “repes” por una. Esa es la condición de los
originales, claro.
Los
álbumes no tienen que ser educativos necesariamente, me consuelo mientras
intento descifrar en internet a estos pájaros furiosos. Tratando de buscarles
algún valor competitivo, alguna ventaja psicomotora, habilidad mental,
cualquier cosa que me consuele de no haber hecho una mala compra.
Lea esta columna en Cerbatanas del diario Pro y Contra
http://proycontra.com.pe/2013/04/03/angry-birds/
1 comentario:
Las vueltas que da la vida,"Angry Birds" precisamente tú hablando de pájaros mi querido narrador!
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