¿Cuánto
estarán cobrando los periodistas que preguntaron fascinados y luego llevaron los mensajes a todo el país del
cambio de canciller de la república ayer? Serán freelance o mejor aún. ¿Estarán
en planillas y gozarán de sus derechos o al menos les cumplirán con las
invocaciones del Colegio de Periodistas en relación al sueldo que deben tener,
como mínimo, los periodistas? ¿Cuánto cobrarán en provincia? Será más, menos,
igual que lo que cobran en Lima.
Sincerar
los salarios de los periodistas en el país sería un reto muy difícil de cumplir
y no sólo generaría vergüenza y ridículo, sino indignación ante la comparación
con otros gremios. El periodista no gana mucho, al menos la gran mayoría. Habrá
tal vez una élite que goza de sueldos exorbitantes como en todo gremio, claro,
sólo que en el periodismo esta élite es aún más reducida y peor aún, la mayoría
ni siquiera son periodistas o no se reconocen como tales.
En
diciembre de 2012 Manjula Martin una californiana freelance curiosa por saber
cómo se mantenían sus compañeros de gremio, abrió una cuenta en Tumblr a la que
llamó Whopayswriters. En ella invitaba a periodistas a que mandasen información
sobre lo que cobraban: nombre del medio, cantidad pagada, cuando fue y número
de palabras y tipo de artículo. Así algunos que se sinceraron y señalaron
algunas pistas.
El New York Times paga 450
dólares por pieza de 700/900 palabras, el Washington Post 500 dólares por una
columna de opinión de 1.200 palabras, Al Jazeera, 350 por reportaje de 1.500
palabras y The Guardian 440 dólares por un artículo. “Mi objetivo es proporcionar
información sobre lo que cobran los periodistas y animar a que la gente hable,
respetuosa e inteligentemente, sobre la realidad económica de la industria de
los medios. Según se va adentrando en el mundo digital, la estructura
financiera de la industria cambia. Al mismo tiempo, la economía mundial se
mueve hacia el freelancismo. Esta situación no es sostenible para muchos
profesionales de los medios”, señaló en esa oportunidad.
Aunque la “amenaza” de la era
digital en desmedro aún más de los sueldos de los periodistas es reseñado en un
contexto norteamericano, para la autora, el freelancismo es también abordado en
esta página (http://whopays.tumblr.com//).
En el Perú, sin embargo hay otra amenaza aún mayor que podríamos añadir y no se trata de la sana, aunque
barata, competencia que podrían generar las decenas promociones que egresan de
periodismo cada año, sino la desvaloración del oficio por los propietarios de
los medios así como de los mismos receptores de la información.
Que los dueños de los medios
quieran cada vez menos por el trabajo del periodista no es novedad. Lo malo que
se suma a esta realidad de pensar que es extremadamente fácil y reemplazable el
trabajo que hace el periodista. La idea de “cualquiera lo puede hacer”,
obviamente está ligada a frenar la intención de pensar sobre la noticia misma
para desagregarla, entenderla, explicarla, ponerla en contexto e informarla. Un
proceso que naturalmente los propietarios intentan evitar, en muchos casos
antojadizamente por una mera concepción comercial del oficio, y en otras porque
ellos mismos no lo entienden de esa manera e intentan replicar los principios
del negocio extensivos que poseen en otras ramas para aplicarlos, pie
juntillas, al periodismo.
Sin embargo el receptor también
cae en esta cuenta. El desprestigio por temas de corrupción ligado al
periodismo, la percepción que la información es manipulada de acuerdo a los
intereses subalternos, es tal vez el peor estigma del profesional de la
comunicación. Y de eso y más no se salva el oficio. Claro que en la era de
sobrevaloración de lo técnico sobre lo intelectual añade también su gran
porción para ubicar al periodista en las condiciones en las que está. Tal vez
sólo le queda el poder. Esa sensación que el mismo presiente cada vez que va
añadiendo información a suBackground y se regocija pensando que con esos datos,
que sólo él maneja, podría desencadenar la hecatombe de la cual estará
eternamente orgulloso. Ese principio primigenio del periodismo podría ser la única
excusa para muchos del porqué aún siguen jodiendo en el oficio.
Lea esta columna en
Cerbatanas de www.proycontra.com.pe
No hay comentarios:
Publicar un comentario