miércoles, 17 de septiembre de 2008

La Boca del Lobo






Las fauces de la justicia estarán esperando a Saavedra y compañía

Ya no es un secreto a voces el desmadre que quiere organizar el gerente general de la Municipalidad Provincial de Maynas cada vez que un certamen, fallo u opinión no le es favorable a él ni a su empleador y con el más descaro del mundo protagoniza bochornosos tumultos, movilizaciones y protestas al amparo del supuesto anonimato y ciudadanía de pobladores que más que lograr sus objetivos terminan desnudando las intenciones de este profesor que, nos imaginamos, cree con convicción que se encuentra gerenciando el indescifrable Putumayo, la zona que alguna vez la poetiza mayor , Ana Varela se refirió como “el Macondo peruano”.

Y lo peor de todo es que termina desacreditando sus propias acciones que tienen algo de cordura. Los que conocen las composiciones y compromisos municipales - empresariales, saben que la denuncia contra el tunante regidor Homero Llerena de parte de Rafael Temistocles Saavedra, correspondía sin duda a un pleito por resguardar esos intereses que encarna Saavedra, pero también, de establecer la denuncia ante los fueros legales era una manera de hacer justicia con la decencia en un cargo tan crucial como el de regidor provincial, y esa sola acción llevaba a pensar que era una decisión acertada y que la propia oposición aplaudió. Lamentablemente con acciones como las protagonizadas en la rendición de cuentas del Gorel no hacen sino echar por la borda cualquier postura de transparencia y temple para convertirse en una bribonada de baja ralea.

En el Putumayo – Estrecho, una localidad tan distante de los controles del Estado, con vinculaciones cercanas al movimiento de la guerrilla colombina y sobre todo con el escaso conocimiento de sus fuerzas sociales y de sus reacciones de antología que más perecen salidos de un libro de literatura, esas argucias de movilizar gente, de recrear protestas, de promover cortinas de humo pueden ser consideradas normales y mágicas a la luz de un pueblo a orillas de un río que acaricia otro país donde esas malas acciones pueden ser olvidadas o desaparecidas. En ese entorno se movía Saavedra y vaya que lo hacía bien, pero al gerenciar la segunda provincia más poblada del país (según últimos reportes del censo de INEI) esto sólo limita con el delito sino es un descaro.

Pero lo peor no es el montaje teatral de ver gente vinculada a Maynas en este tipo de protestas, ya sea ante las protagonizadas por un grupo en la discoteca Noa o en las anteriores protestas ante el Poder Judicial cuando un fallo no le era favorable a la MPM en el tema del botadero porque además era absurda la posición de los que dirigen la comuna, lo peor para ellos es que se están metiendo a la boca del lobo cada vez con mayor velocidad y de una manera insospechada para un grupo de políticos y funcionarios que aspiran a que su líder tenga algún tipo de representación regional. En buena cuenta, solos le esta haciendo el trabajo a sus opositores porque cualquier ciudadano con las quejas planteadas ante el Poder Judicial y ante las ansias que sus magistrados de tenerlos en sus fauces legales, podrían – sino lo están haciendo ya – neutralizar sus pretensiones electorales.

Peor aún – y aquí sí se pierde ciudadanía - están deslegitimizando la protesta social ante las injusticias y la inconformidad de la población, para llevarlo a un plano de utilización política. Que haya “varones de la política” en Iquitos que aseguren tener presencia por el sólo hecho de una “tradición” no amerita que haya plebeyos de la gerencia sin la menor cordura.

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