viernes, 31 de julio de 2009

La amazonia como castigo



Siempre se ha visto como algo inexpugnable y lejano a la selva de tal manera que una cárcel en medio de ella sería una ejemplar surra. ¡Otra vez el centralismo obtuso!

El último mensaje a la nación del presidente de la república ha delatado una vez más la percepción que tiene la clase política en relación a una región tan extensa e importante para el desarrollo del país. Lo bueno que dejó este mensaje en relación a nuestra región no es el aumento del Foncomún, que en muchos casos de los distritos afectados últimamente por los recortes, sólo significará una compensación a lo que ya tenían en el peor de los casos y un apalancamiento en el mejor de este anuncio. Lo bueno para muchos seguidores del actual régimen fue el anuncio de una construcción de una cárcel en la amazonía, dejando colgando en la percepción nacional que la selva sólo sirve para el castigo o es tan inexpugnable que un recinto de estos significa que los presos a llevar (ya sean por delitos comunes o corrupción) jamás podrán escapar y penarán por el resto de sus días.
La selva existe en el pensamiento centralista como lo más alejado o mejor dicho casi no existe. Sí Alan García ha dicho que – como nunca en nuestra historia – tenemos las reservas económicas más opulentas que superan los 30 mil millones y que esto significa que ya nada nos afectaría, llámese crisis mundiales o TLC con diversos países, entonces que mejor que eliminar de una vez por todas las políticas centralistas para realmente impulsar el desarrollo de las zonas más pobres del país como lo es sin duda la selva baja. Porque no interconectarla con el 10% de ese presupuesto y dejar de lado exoneraciones, beneficios económicos y un sin número de privilegios que significan el aislamiento en torno a un real bienestar de una gran parte del territorio. La selva sólo sirve, de acuerdo a este discurso, un lugar donde sólo es posible el castigo y el ejemplo de lo que hasta ahora no se ha podido erradicar: un centralismo que va torcer del cuello cada vez más a la clase política que hasta ahora no entiende que no hay nada mejor que la integración para evitar los alaridos de federalismo o rebeldía.
Los comentarios de Mirko Lauer en un canal de televisión mientras Alan García daba su discurso evidenciaban una vez más una política y tan desfasada y anticuada que ya se cae a pedazos. Mirko Lauer, además amigo del presidente y un consejero involuntario y moderado decía que no hay nada más centralista que estas actividades de 28 de julio. No sólo significaba toda la parafernalia donde se alababa la investidura de una figura desgastada sino además alejada, tener que escuchar en un primer momento a un cardenal que se despacha sin desparpajo a un discurso que “competía con el presidencial” y luego la invitación de los parlamentarios de un Congreso que no representa sino a las familias de los congresistas para luego y casi al último dirigirse a la nación con un discurso de disciplina y orden como una especie de llamado a la advertencia no era sino alimentar aún más las ansias de revancha social que existen en cada una de las regiones.
Peor aún, decirse descentralista con el gasto y por ejemplo, no contar con un solo presidente regional como invitado y lamentar a manera de regaño que estas figuras políticas eran las que menos sabían gastar era llegar al divorcio del discurso unificador que equilibre un poco la coyuntura social. Pero no, se optó por los tangencial y algo de esto fue el anuncio de la construcción de un recinto penitenciario (además con antecedentes artos conocidos en la historia militar de hace tres décadas en el Perú). Lástima que se olvidó de decir y hasta reconocer si esto se hace realidad algún día sin duda muchos de sus compañeros habría de poblar estos ambientes.

miércoles, 22 de julio de 2009

Nixon el mototaxista




Nixon es un mototaxista cuasihonesto que ha pasado buena parte de su vida trabajando en la “caña” sin mayores sobresaltos y cargando unos cuantos kilos de historias que lleva consigo para entregarlas antes de medio noche en medio de la monserga del barrio y el “chuchurrín”, lo sabe casi todo en las artes de la escapatoria social que significa actualmente manejar un motocarro con más independencia que su vida misma. Tiene tres hijos (aunque uno es entenadito, dice) y desde que tenía catorce años en su natal Requena (donde los menores no trabajan en los motocarros por necesidad sino por lujo y prestancia social) conoce casi todo de la viela, sistemas de arrastre, bovinas, bujías, válvulas, alternadores y todo lo que la “cachina” le puede proporcionar cada vez que le roban alguna pieza o cada vez que su economía no le permite acudir a la Alfonso Ugarte donde halla las piezas chinas de moda. A veces es un lujo que sólo se entrega cuando la feria ha sido suficiente para solventar una escapadita de domingo por la noche hacia las calles oscuras de San Juan que ya me imagino que callejones serán.

Nixon aún no sabe los alcances del último reglamento de tránsito pero igual ha participado de la protesta porque le gusta cerrar las calles, porque cuando tira vidrios, corta árboles y bebe un poco, se puede sentir con la misma autoridad del Policía cuando lo coimea por no tener sus micas. Echa los árboles por las calles y se ríe del miedo de las señoras que lo miran con cara de un delincuente, en realidad no lo miran a él, miran al grupo que lo acompaña y que arremete por cada espacio golpeando y molestando a las mujeres bonitas con la sensualidad de un caballo desbocado y con la lengua de una víbora malcriada. Se ríe y es feliz por un momento, por la noche que dura el partidito de fútbol que finaliza con tres cuartos de litro de alcohol químico en sus venas. Antes de despertar y terminar con la protesta, suele darse una vuelta por la mañana con su descapotable motocarro color amarillo haciendo volar el cabello de sus vecinas que lo acompañan como si se tratase de un Michael Schumacher de la Atenas del Ucayali al que ya sólo le quedan los cinco soles para el combustible del día siguiente el cual habrá transformado la alegría del paro para convertirlo en trabajo.

Nixon es mi vecino, uno de la media docena que existen por mi “batería” charapa, debe ser el más tranquilo porque al menos vuelve cada noche a su casa y atiende – con mucha diligencia - el desayuno popular el cual ha incluido a su familia por supuesto, hasta hace a veces de dirigente ocasional para el cambio de tuberías o agasajos de aniversarios. Lo ha inundado la creciente y ha tenido que dormir en su asiento trasero durante casi dos meses, amarcando a veces a su última hija, una pequeña de tres años que ya empieza a tener el pelo descolorido como señal de lo pesado que puede ser manejar el motocarro en tiempos de “opulencia” y donde todo mundo compra sus motos con iniciales verbales que le van quitando su “chamba” de a poco y que hacen pintar más el cabello de su último puchito. No es viejo, tendrá unos cuarenta años, pero lo confunden con el abuelo de su pequeña, se ríe, porque si algo sabe hacer Nixon es reírse con ganas de todo lo que le sucede en su vida, aunque contradictoriamente aumenta sus arrugas, no le interesa porque sabe que no estará dentro de poco para no cargar el peso que significa no saber que le depara cada día a las cinco de la mañana.


Creo que me mira con respeto porque sabe que soy periodista -o de repente es miedo - o vergüenza de tener un vecino “chismoso”, como él y su esposa con ternura me llaman. A veces quieren que les “cuente la última” sólo para darse cuenta que no soy el alzado que empiezan a llegar al barrio producto de la oportunidad formalizadora de la propiedad. Hablo y hablo sabiendo que no todo llegará a convencerlos y claro, a veces exagero para “picarlos” y encontrar una respuesta que nos lleve a otro tema. El paro ha sido sin duda un tema de su especialidad, todos los paros lo son porque significa que se van a involucrar un poco más con el motivo de la protesta, por eso el último paro de sus colegas mototaxistas formales o asociados no ha sido la excepción. –Nixon, vas a pagar multas por encima de los 3500 soles si manejas borracho y accidentas - le digo. Yo no, dice, porque nunca manejo borracho, podré ser borracho, pero en mi casa o con mis patas, dice. – Pero sí no tienes tu licencia de conducir entonces te van a quitar el motocarro y lo van a internar – le digo, para hacerlo caer. No, no creo porque mis papeles están en regla y hasta certificado de capacitación tengo.

- Ahhh, ya sé Nixon pero si haces competencias con tus colegas te van a multar con 852 soles- sentencio. No pasa nada profe, me dice. No hago competencias porque ya no hay donde, y si hay la policía no las va multar, y si estoy borracho alguna vez, la Policía no me va a poner papeleta porque antes yo lo voy a adelantar. Una cosa, me dice, ¿este reglamento es también para las motos lineales?, sí, le contesto. Pero también para los menores de edad, me interroga. Los menores de edad no pueden manejar, le digo. Pero se respetará al salir del Noa, del Pardo, del Complejo, Del Agricobank, Del Liceo. La ley no hace distinciones, vuelvo a ironizar. Pero, en serio, me insiste, por ejemplo, también se aplica a las autoridades o a los autos con lunas oscuras o simplemente a ustedes mismos, y me mira con “cachita”. Para todos Nixon, al menos eso supongo. No joda veshi, me dice, si es así entonces sigo manejando porque tendré más chamba ya que nadie podrá salir con moto de su casa, al menos no para divertirse o tomar, pero si no es así, sigamos hablando mejor del próximo paro.


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miércoles, 15 de julio de 2009

Los Fantasmas del humo




“La cortina de humo” es una película de Estados Unidos de 1997 dirigida por Barry Levinson y escrita por Hilary Henkin y el afamado novelista David Mamet. Esta película trata de los recursos que usan los políticos para poder ganar unas elecciones. En este caso se inventaron una guerra (en Albania) debido a que los oponentes soltaron la noticia de unos abusos sexuales del presidente a una menor que visitaba la Casa Blanca a solo unos días de las elecciones.

El fin de Marco Antonio

Una serie de comentarios de los hombres “rosa” han empezado a levantarse a raíz del asesinato del peluquero – estilista y viceversa Marco Antonio que relacionan el hecho con una conspiración machista y de crueldad contra los que “aspiran” ser de otro genero o los que se creen que por su condición homosexual deberían o pretenden ser tratados de una manera diferente hasta en la muerte, que lo sangriento pase desapercibido y sea considerado casi normal como si se tratase de seres comunes y corrientes cuando no lo son. No soy homofóbico y menos machista. Pero en la muerte de Marco Antonio y Alicia Delgado podría caer exactamente la frase que “a quien a hierro mata, a hierro muere”. El asesinato es execrable desde cualquier ángulo, pero lo es porque significa la muerte de un ser humano y no porque haya una confabulación generalizada por tratarse de un(a) homosexual, al menos no es estos casos.

Los componentes que existen son los mismos que se atribuyen a otros homicidios de esta naturaleza, la envidia (éxito económico de uno en desmedro de otro), la venganza (enrostrar involuntariamente el ritmo de vida), la humillación (de alguien con poder y alcance a la “fama” efímera de las fotos y la pantalla) y un ajuste (de cuentas por servicios sexuales o por simple hecho de esconderse algo muy valioso como la información de la vida exagerada de un personaje ligado a las drogas, el sexo y la perversión todo junto a la delincuencia corriente de una banda acostumbrada a estar infiltrándose en este tipo de personajes más vulnerable que otros debido a sus excesos, un condimento terrorífico que te puede hacer encontrar la muerte a la vuelta de la esquina.

La calle es una selva de cemento y la extravagancia una tentación para la parca, una avenida de poco aliento que termina en algo macabro, obviamente llevado a la estratosfera por la minuciosidad – en eso sí – de los medios para conocer la marca de los cigarrillos que fumaron, el nombre del local del chifa donde compraron el menú, y hasta el año en que adquirió Marco Antonio el jarrón con el que le rompieron la cabeza para desmayarlo minutos antes de su muerte. No hay homofobia, hay pasión sangrienta, desenfreno y hasta ambición como una mala manera pero esperemos didáctica y violenta de un manual de lo que no deben hacer los hombres rosa para no caer en las garras del desenfreno y encontrarse, antes de tiempo, con el fin de los días.

¿Dónde está la gripe?

Las alarmas de la exageración han sido una de los recursos más valiosos para evitar que la influenza se convierta en lo que no es: Una pandemia a nivel mundial que iba a llegar a todas partes del mundo. Parece, que hasta en eso, no contamos para los virus, los números, las normas oficiales o para las estadísticas de salud, porque en todas ellas se muestran a diversas regiones del Latinoamérica y del Perú (INS) y sin embargo la selva – literalmente - no aparece ni siquiera en alerta amarilla ni aporta enfermos, menos muertos, como si no existiéramos para la geografía de las enfermedades. Sin embargo las clases en educación han sido suspendidas y con ello el gran movimiento del comercio (actividad fundamental en la ciudad) ha quedado afectado. Una cosa que ninguna organización (llámese Cámara de Comercio, Colegio de Economistas, Contadores u organismos relacionados) se atreven a medir, supongo que más por incapacidad que por falta de iniciativa.

Todo eso ha generado un paz pasajera para todos. El gobierno central – mediante la Policía – atiza los condimentos de Alicia Delgado, Marco Antonio y luego la Influenza como una perfecta cortina de hierro ya ni siquiera de humo. No hemos podido estas exentos y hemos caído en el juego voluntario, porque un principio ciego de la influenza es permanecer lo más quieto posible, o simular ser un fantasma y no sólo para transitar en medio de la multitud que puede subvertir cualquier amago de protesta, sino hasta para pensar por eso desayunamos Alicia Delgado, almorzamos Marco Antonio y en la noche nos cuidamos de lo “porcino” que puede significar la realidad nuestra de todos los días. Y para variar y si quieren un postre de fin de semana servimos en la mesa un lindo clásico de fútbol peruano o el CNI ganando será la buena oportunidad para que brindemos por lo especial que es vivir el mejor país de los fantasmas. Sólo nos falta una virgen que llora que espero ser el primero en descubrir.

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jueves, 9 de julio de 2009

Informa y venceras



A pocas cuadras del “centro de la ciudad” usted podrá ver en medio de la falsa elegancia como la alcantarilla nos recuerda, con todos sus colores y olores, como nuestra ciudad vive aún en el siglo XIX. Mientras tanto el debate tiene como corolario – aunque no se diga – otra intención de alcantarilla: Detener una obra y coronarse como los campeones de la caca


Un despelote se ha armado tras el anuncio de la construcción del sistema “integral” de alcantarillado de Iquitos a partir de los primeros meses del próximo año. Por un lado los alcaldes parecen haber armado para el día de mañana toda una asamblea extraordinaria donde su cañón sin duda apuntará al Gobierno Regional que durante meses sistemáticamente tendrá que descontar su canon (ese discurso que no se descuenta lo que aún no se ha entregado es parte del intrinlinguis que nadie cree o que peor aún aumenta la reacción contraria) y por otro parece que un órgano – técnicamente independiente y distante de un discurso político- como la OPIPP parece que tiene que batirse, sable en mano, con toda la pesada batería de aquellos que no utilizan un lenguaje de cifras, años y cantidades sino hablan de posturas, recortes y cálculos electorales; en suma, un debate que cojea de un lado por inercia de los que en primera instancia son los que deberían salir con todo.

El alcantarillado es un tema indiscutible hoy por hoy. En todos los años que se ha ido entregando este beneficio económico – que pocas regiones del país gozan con una licencia autonómica que alcanza la sinvergüencería – en Loreto no ha existido una obra descomunal que acredite o den fe de tamaño presupuesto. Más de 18 mil soles o al cambio unos seis mil millones de dólares que representan una cuarta parte de la deuda nacional externa se han entregado por concepto de canon y hasta la fecha de lo que mejor podemos hablar en “obras de desarrollo” son un sistema de agua que aún no llega a todos y un estadio que no es lo que dijo que iba a ser. Aunque con el transcurso de los años se ha ido desnaturalizando el gasto de este presupuesto derivándose hacia gastos corrientes lo que ha hecho imposible una vuelta atrás en relación a la carga salarial que depende del canon, estas decisiones son responsabilidades anteriores con las que tiene que cargar cualquier gestión que quiera afrontar un reto como la construcción del alcantarillado o un tren a la costa, porque cualquier promesa que no supere a la anterior entonces no valdrá para justificar una elección.

¿Cuál es el problema mayor en esta andanada de críticas que se ha hecho a la obra? No sólo es la forma inconsulta en la que se ha actuado con los alcaldes metropolitanos de Punchana, San Juan Iquitos y Belén, o la poca participación en el presupuesto por parte del gobierno central, es también, la otra acción más autoritaria aún de considerar a las gestiones municipales rurales o alejadas al supuesto beneficio de la obra en ciernes dentro de un paulatino descuento a su canon, de por sí, ya venido a menos por la disminución del precio internacional del petróleo que parece no tener un regreso a la bonanza de los dos años anteriores. (Aunque en realidad sólo volvió a sus niveles en promedio). Aunque es cierto que la inversión del Gobierno Regional en estas jurisdicciones superará el “descuento” en dos tres y hasta cuatro veces más, entonces nos enfrentamos a una realidad poco explicada o peor aún a una desactivación casi natural de los órganos sub regionales y gerencias que han debido alertar e informar de cual sería el procedimiento y afectación al canon para aminorar el retraso que sin duda significará hacer entrar en razón a los alcaldes.

La información como proceso en sí no sólo es un instrumento que acredita el respaldo a una decisión sino que nos encuentra más tolerante ante una posición radical como parecen enarbolar algunas posiciones al respecto. Incluso donde mediante la radio y cierta dirigencia se intente levantar polvo donde el piso está firme. Sin el argumento de alguna encuesta a favor o que la mejor obra es aquella que no se entierra, la construcción del alcantarillado significa un paso hacia la dignidad de una ciudad entera, ni siquiera hablamos de la modernidad, esta obra, es en estos tiempos, pasar de la barbarie de la indigencia a los estratos mínimos de nuestra convivencia que ha crecido en medio de la caca sin que los escrúpulos de las autoridades, que han recibido más 6 mil millones de dólares, se hayan sensibilizado un poco. Que se critique a fondo la corrupción, los sueldos altos de estos funcionarios, que se busque tres pies al gato, que se hable por lo demás pero que se ejecute por el amor a Dios esta obra indispensable para la supervivencia de Loreto.

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miércoles, 1 de julio de 2009

La guerra del fin del alcantarillado



- ¿Estos alcaldes se rien porque traman algo? Al final, los reflejos son siempre los que menos se activan

Las municipalidades de Maynas, San Juan, Punchana y Belén han emitido un pronunciamiento en contra de la forma de implementación del proyecto “Mejoramiento y Ampliación del Sistema de Alcantarillado e Instalación de Planta de Tratamiento de Aguas residuales de la Ciudad de Iquitos”, sospechamos que es en contra de la implementación porque sería absurdo y cavernario pensar que Joiner Vásquez, Mira Villacorta, José Vela y Salomón Abensur, estén oponiéndose a esta construcción porque sería ponerse de espaldas a la realidad de Iquitos y en contra de darle condiciones mínimas de salubridad y dignidad de vida a los pobladores que dicen defender y representar. Y puede que tengan razón en esto de lo inconsulto, pero hay que señalar también que habido otra circunstancia extra que los ha apurado a levantar su voz y este se refiere al recorte paulatino del canon, caso contrario, esos 50 mil soles en promedio que se les recortará mensualmente por el sistema de alcantarillado hubiera sido la mitad de sus beneficios económicos que otorgan a sus funcionarios exclusivos, más conocido como “plus” y que fácilmente hubieran pasado desapercibido, pero no, ahora la cosa presupuestaria está difícil debido a una serie de variables y les urgen políticamente hablando, criticar este recorte para semejante proyecto. Hasta el IIAP sale en todos los medios, todos los días, hablando sólo de recortes de “su dinero”.

No son los únicos, el mismo Rivadeneyra Reátegui – conocido más por su elocuencia exagerada e imaginaria predisposición al tremendismo – ha señalado como una hecatombe la implementación de esta obra de la forma en la que se está estableciendo porque los recibos se elevarán hasta en 300%, colapsará la ciudad en heces y hasta el combustible se agotará por el consumo de estas bombas que impulsarán las heces hacia la Planta de Tratamiento, todo con afán de recoger como posibilidad los créditos de la obra. Podría tener razón y sentido común el hecho que hay una maldita costumbre en realizar las obras seccionadas y aisladas de tal forma que hacen pensar que, efectivamente, el prorrateo y la división de las mismas es una forma sistemática de corromperse. Primero el agua se separó del desagüe (como si la construcción de ambas no tuvieran relación) ahora se separa el desagüe del sistema de aguas pluviales como si en la selva baja no es necesario pensar en estas tres obras juntas e inseparables para no pasar por lo que se vendrá ahora en las calles con estos pronunciamientos y oposiciones al proyecto en proceso.

Hace pensar que cada cinco años, y de acuerdo a la autoridad correspondiente, cada una de estas obras tiene que ser ejecutada como una manera de perennizarse. La superposición en la construcción de la Av. Cáceres al proyecto integral al final resultará una anécdota si al final no se llega a integrar los criterios técnicos – políticos de las autoridades locales con la autoridad regional. ¿Qué es lo que han reclamado estas autoridades?: ser escuchadas, que se les explique el proyecto, que se les pida permiso y al final, seguramente, que se les comparta algo de la gloria que significará la inauguración de un plan que intenta, prácticamente, inaugurar una ciudad nueva. No es fácil compartir esta eventual gloria electoral, pero es inevitable si queremos que llegue a buen puerto. Al final los consensos son siempre los mejores augurios electorales.

Aunque los canales de información han debido activarse desde que el proyecto partió de Sedaloreto hacia las municipalidades como propietarias de este organismo y la advertencia de esta problemática comunicacional ha debido ser evaluada de manera técnica como lo ha señalado en su momento Manuel Beltrán Paz, jefe del Organismo Público de Infraestructura Para la Productividad OPPIP, se debió establecer paralelamente un mecanismo de diálogo político de “tribuna” que haya anulado el alud de críticas posiciones y hasta marchas y protestas que seguramente se planificarán si no se llega a consensuar mediáticamente. Aunque el perfil recién establecerá las zonas que no serán beneficiadas con exactitud y recién se dará la buena pro (y que tal “pro” de 420 millones) al consorcio encargado de la construcción el reflejo de la socialización – como siempre ocurre en estos casos – ha sido el último paso que se ha estructurado, hasta se ha pensado en dirigentes sensibilizadores y asambleas de información en niveles periféricos de la ciudad, aún no se ha logrado establecer un plan que asista de información y análisis sobre lo que constituirá semejante obra.

Hay cálculo político: por supuesto que sí y no porque todo el accionar de los alcaldes – candidatos, sean políticos por naturaleza, sino porque de un tiempo a esa parte del proceso electoral será más fácil prometer y ejecutar estas promesas de construcción de un nuevo rostro de la ciudad. Lástima que para ello tengamos que gastar doble porque romper pistas recién ejecutadas es sólo un derroche permitido en un país donde no existen los órganos de fiscalización correspondientes o no se activan para frenar de manera legal lo que a todas luces es inescrupuloso y hasta vergonzoso. Parece que al final todo mundo tiene la respuesta pero nadie quiere llevarla a cabo por los “rubores” de supuesta debilidad que significa la concertación en los que inflan su personalidad con bufones al costado, todos la han mencionado pero nadie ha puesto manos a la obra: Sentarse, dialogar, exponer, conversar, intercambiar, persuadir, proponer, otorgar, pactar y, finalmente, ejecutar le duela a quien le duela.