miércoles, 23 de marzo de 2011

La segunda vuelta


-       Castañeda y PPK no llegarían y  tres mosqueteros (Toledo, Humala y Keiko) se batirían en duelo de fotografía
Todo parece indicar que Castañeda Lossio se suicidó electoralmente al empezar a hablar y no pasaría a la segunda vuelta. El segundo peor error que tuvo fue endiosarse y desechar la alianza con el PPC que lo hubiera mantenido con mayor vigencia y aliento electoral, tal vez secundado con líderes jóvenes con una mayor formación de esta nueva camada de los pepecistas. Sin embargo se juntó con tránsfugas verborreicos, regidores poco conocidos de la comuna limeña y, en provincias, por quien aportó mejor económicamente quienes no necesariamente poseían un liderazgo, simpatía, arrastre ni tradición política en estas regiones (o en el mejor de los casos con perdedores de las elecciones regionales) lo que terminó dibujándolo como el reciclador de candidatos lo que obviamente iba a ser percibido como más de lo mismo, sumado a ello su nulo carisma, su cero picardía y su adormitado discurso, parece que murió para esta elección y quien sabe para la posterior, pues luego del 10 de abril nadie, ni sus propios invitados, querrán dirigirle la palabra.
Quién no termina de convencer es PPK. No porque no sea conocido ni mucho menos le falte dinero para afrontar la campaña, sino porque en estas semanas recién probará el peso del cargamontón que ya empiezan hacerle sus competidores, cierta prensa y las mismas redes que utilizó como palanca inicial de su repunte.
Desde sus aportes millonarios a las campañas de W. Bush en los EE.UU. informado por http://lamula.pe/ hasta sus trámites inconclusos para dejar de ser Norteamericano (cosa que está bien difícil, porque este tío va ir a pasar sus últimos días en Miami o Nueva York – dependiendo la estación bursátil - y la foto con gente misia en Agua Dulce, motocarros y los cuyes no pasarán de ser una postal apestosa en su currículo), hay una serie de “trabajitos” que hizo, dejó de hacer o impidió cuando fue ministro que su eventual hinchada, joven por cierto, empezará a saborear sin digerir o desencantándose con la misma facilidad que utilizan para borrar un contacto en el chat.
Con este panorama todo apuntaría a que Humala Toledo y Keiko van a ser los finales protagonistas de fotografía del 10 de abril. Si la prensa de derecha sigue levantando a Humala contrariamente a lo que ellos piensan y lo siguen victimizando con esto de “Madre Mía”, el nacionalista, con su acercamiento a los caviares, la Iglesia y los valores familiares y su recorrido infatigable por provincias y conos limeños y esto de la justicia social para todos, parece que consolidará la imagen que necesitaba.
Por su parte la hija del dictador también se ha suavizado y un anuncio hecatombe como no liberar a su padre de ninguna manera o olvidarse de él para siempre si es elegida presidenta seguro la desmarcaría del resto y ya no habría tiempo para descalificar su estrategia. Por su parte Toledo es el más propenso a la baja pero también a la escalada. Hay analistas que señalan que en el país ya no se gana con “balconazos” o mítines populares apoteósicos, pero parece que es todo lo contrario.
Pues una imagen de miles de peruanos reunidos, mejor aún televisados en cadena, resultan impactantes para la retina popular y da la impresión de tener la victoria en la mano así no se sea un buen orador, con los clichés o monosílabos tediosos como los que utiliza el “cholo” sagrado, podría insuflarle una opinión favorable en el último tramo. De estos tres, él es el más querido en los medios (con los audios maliciosos de Mufarech sobre América TV ya vamos sabiendo porqué) y, aunque estos mismos medios no sirven para ganar, sí para generar una corriente que apoyada en una organización nacional pueda recuperar o volver asociar la mediana tranquilidad económica de su primer gobierno, cosa que es vital para que la gente decida su voto: sus bolsillos.





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