miércoles, 7 de septiembre de 2011

Un Congreso debe ser centralista







- Desde su etimología misma lo señala

Un Congreso se ha hecho para ser centralista. Sino no tuviera sentido la elección para este poder del Estado en nuestro país dividido por regiones las cuáles envían, de acuerdo a la cantidad de votación en cada una de ellas, sus representantes ante la máxima instancia de los poderes en el país. Lo que pasa es que las deplorables actuaciones de sus representantes alejaron al Congreso de la sintonía popular lo que se quiere remediar realizando estas sesiones descentralizadas como la que se protagonizó ayer en la ciudad de Ica.

Y lo único que encontraron son peticiones de implementación de infraestructura como las facultades para limpiar la contaminación de sus playas. El Congreso escuchando a los alcaldes como deberían limpiar sus costas. Claro que hay pedidos respetables como la implementación de una comisión para investigar los hechos de corrupción durante el gobierno anterior en la tarea de construcción, una de las atribuciones del Congreso, pero para eso no se tenía que necesariamente viajar hasta Ica.

Lo que sí resulta interesante es que con un buen manejo de este “acercamiento” por parte del partido oficialista podrían hacerles ganar algunos puntos de aprobación en estos lugares donde peregrinarán los “otorongos” en el país. Un panorama que bien manejado incluso podría, efectivamente, conseguir una mirada más positiva de la actuación de nuestros representantes en el Congreso, por ejemplo con este procedimiento de recoger las demandas de los distintos distritos, trasladarlos al gobierno y vigilar y exigir su cumplimiento a rajatabla.

Incluso de no ser efectivos, estos reclamos, el sentimiento de rechazo también podría trasladarse desde el Congreso hacia el gobierno, esto en un primer momento, porque después, cuando vuelvan aparecer los escándalos acostumbrados como contratación de trabajadores fantasmas, facturas de bacanales, paseos al extranjero improductivos o circos romanos entre algunos “gallitos” que en las distintas filas, entonces la imagen ante la opinión volverá a ser la misma y de nada servirá estos paseítos de acercamiento.

Ni pensar el show que se vienen si es que estos 130 se trasladan a los distritos más alejados del país. No me imagino a una Cuculiza soportando los menos de 5 grados de Lampa en el altiplano o a una Cecilia Chacón comiendo su macambo en Lagunas cuando vayan a la selva o a Lucianita León tratando de comunicarse con los Awajun. Para evitar estos calvarios que tienen las poblaciones distintas del país, en el Perú, de repente más que en cualquier otro lugar, se justifica que un Congreso sea centralista pero con auténtica y sentida representación.

Tal vez más efectiva para la coyuntura actual del gobierno que posee cifras elevadas en su aprobación, es que los Ministros sesionen en las regiones aplicando con una sola agenda las urgencias en distintos grados de las necesidades de la población. Un Consejo de Ministros que sesione y solicite los proyectos y demandas de cada autoridad distrital para elaborar y corroborar en documentos lo que realmente se requiere en cada uno de estos lugares.

Esto sería hasta más económico pues en esta comitiva podrían estar los congresistas de cada una de las regiones que visitarían los ministros para que velen por el cumplimiento de las ofertas reales que se podrían dar en cada una de las carteras. Pero a veces es bueno que las buenas ideas se trunquen o no tengan éxito para desecharla y caer en cuenta que ser centralista no significa necesariamente que se esté alejado de la población.














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