miércoles, 9 de julio de 2008

Para que sirven los paros



Para pensar, jugar futbol y protestar

De acuerdo a las primeras evaluaciones del paro (excepto pase algo trascendental en la noche de ayer), este, ha sido uno mas dentro de las movilizaciones y protestas que se han realizado hace ya 8 años, luego de la denominada marcha de los Cuatro Suyos que sí tuvo una significación importante para el destino del país. En ese entonces, recuerdo que una gran mayoría de la población tenía la misma percepción de los actuales funcionarios apristas, analistas y periodistas que ahora se oponen al paro y que son los mismos recursos de siempre y esto empezaba por preguntarse algo que es obvio y primario.

¿Cambia algo el paro?, ¿Los precios de los productos de primera necesidad bajarán?, ¿La política neoliberal trasmutará?, ¿Dejaremos de tener alumnos aplicados del FMI como ministros de economía? ¿Los gobiernos regionales gastarán más y mejor?, ¿El canon por fin se entregará directamente? ¿Alan García bajará de peso? ¿Renunciará Chemo Del Solar? ¿Clasificaremos al mundial? ¿Por fin tendrán inteligencia los alcaldes de Maynas?. Por supuesto que la respuesta es obvia. No, nada de esto cambiará con el paro, es más, se reforzarán estas ideas y posiciones políticas porque después de un paro hay una especie de post catalexia popular que permite tener tarjeta verde al gobierno que seguramente se utilizará para publicar el paquetón de ultra reformas tras la delegación de facultades del congreso al ejecutivo y que si traerán cambios sustanciales para provincias. (Buenos y malos).

Así que flaco favor hacen aquellos que opinan que es más de lo mismo y que “sin querer queriendo” apoyan de alguna forma al gobierno insistiendo que estas movilizaciones – peor en provincias – no sirven absolutamente de nada y peor aún perjudican a la población comerciante y transportista que perderá su feria y sus ganancias de un día. Por supuesto que los paros no tienen ese objetivo, al menos en el Perú de hoy no lo tienen y yo creo que esta bien que sea así, porque demuestra que las costumbres más democráticas y de respeto al “otro” ganan terreno poco a poco y que la libertad de parar o no acatar empieza a ser un principio natural de una sociedad civilizada.

Los paros sirven para otra cosa, talvez menos tangible pero que un gobierno inteligente debe entender pero sobre todo asumir. Observar que si hay contundencia en la paralización y desazón generalizada de la población que gobierna, debería implementar los correctivos inmediatos que no necesariamente signifiquen aplicación de dogmas de los contrarios o de los que no gobiernan. Pero si, y de manera efectiva y palpable, introducir cambios que le permiten tener un respiro mayor al que tuvieron ahora por ejemplo de un año que es la frecuencia de los paros de la CGTP. Por ejemplo, un incremento del sueldo mínimo efectivo, un apoyo concreto al agro y una regionalización más evidente y no de discurso reproche. Lo otro, es decir “que ahora son un gobierno responsable, que la caja fiscal, que hay que cuidar las inversiones” es un discurso de empresario que ha llevado a este gobierno donde está: Bien con las cifras macro (Confiep) pésimos con las micro. (Mayoría).

Los paros son una especie de revocatoria no institucionalizada, unas elecciones adelantadas, una encuesta de verdad, el olor del pueblo, el moscardón en la oreja. Ponerse de espaldas a este sentimiento es insensibilidad, intolerancia para no decir ineptitud y ceguera brutal. Finalmente los paros sirven también para jugar fútbolito en las calles del centro de Iquitos, pasar una noche y un día en Chosica, subir a Chulucanas para comer un Cabrito, parar en Cañete o Chincha para tomar arrrto vino, bañarse en las aguas minerales del Colca o simplemente ver con los hijos la televisión y explicarles que la gente que protesta iracunda en pantalla es gente que está en desacuerdo con este gobierno y verificarlo cuando vayas al mercado con ellos.

http://www.federicoabril.blogspot.com/








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