- - Ley
del profesorado, versus ley de la Carrera Pública Magisterial versus la Nueva
ley de Desarrollo Docente
Se viene la nueva ley de Desarrollo Docente (LDD) y parece que otra vez
nadie sabrá explicarla para que intenten su aplicación. Lo que pasó con la
antigua ley, es decir la Ley de la Carrera Pública Magisterial (LCPM), parece
que sucederá lo mismo con esta nueva propuesta que el presidente de la
república anunció en el mensaje presidencial un poco para aminorar las
protestas de un sector del Sutep (Conare) que prácticamente han sitiado el
Ministerio de Educación e impedido las labores escolares en varias ciudades del
país.
La LCPM se intentó interponerla denostando del sutep y estos en
reacción esgrimieron y exageraron lo peor que tenía esta propuesta aprista.
Esto de la inestabilidad laboral, la evaluación para retirar a los maestros de
la docencia y hasta la preferencia política partidaria para colocar en la nueva
ley y en sueldos fabulosos a los “compañeros” de entonces. Nada de esto se ha
dado en los cerca de 50 mil maestros que están dentro de la LCPM y muchos de
los que ahora están dentro de ella han visto con buenos ojos su inclusión en
esta ley. Lo que ahora genera en estos, con cierta razón, es una gran
expectativa y un sabor a ratoncillos de indias legal- laboral en cuanto a su
destino.
Lo que es cierto e indefendible es seguir sosteniendo la antigua ley
del profesorado (24029) cuyo discurso es el que enarbola esta facción radical
del Conare Sutep y parte de la dirigencia de la otra facción. Una ley
anacrónica e inaplicable (un docente de V nivel podrá ganar hasta el sueldo de
un viceministro) como la antigua del profesorado que contempla entre otras
cosas que un maestro podrá tener nivel uno o dos cuando aún es bachiller e
incluso egresado y por ende enseñar, o ascender de un nivel a otro de manera
automática sólo por tiempo y no por méritos.
Por esta norma que parece ser un tema a no tranzar por parte de la
dirigencia es que nuevamente la LDD podría estar en riesgo, sino se sabe, entre
otras cosas, explicarlas. Aunque aún no ha sido presentada de manera oficial
ante el debate del Congreso, se sabe que la LDD contempla entre los temas que
más podrían capitalizarse para su aceptación magisterial, el paso automático y
sin exámenes a los docentes de la antigua ley del profesorado y este traslado
implique también un aumento automático de sus salarios.
Aunque es evidente que deberían tener diferentes niveles en función a
los ganados por aquellos que ya están dentro de la LCPM, pues se entiende que
en este sector están aquellos que por propia voluntad y esfuerzo personal, continuaron
preparándose y obteniendo diferentes grados de maestrías y doctorados.
Tal vez algo que podría valorar aún más el esfuerzo en esta nueva
normativa, es la inclusión efectiva de los maestros que se encuentran laborando
en la actividad privada. Un sector de
los más explotados en Educación debido a la falta de normas que hagan cumplir
sus derechos y que amparados en la liberalización de la educación en tiempos del
fujimorismo ha visto sólo a la educación como un negocio y no un servicio.
La peor parte de este “negocio” que ha creado verdaderos “Barones” sin
escrúpulos la llevaron los maestros. Salarios
paupérrimos (por debajo de los del Estado), explotación en carga horaria,
discriminación por aquellos que sin formación pedagógica enarbolan una
enseñanza efectista y vejación sistemática por los mercaderes del sistema que
alaban la educación privada por algunos resultados cognitivos más no integral
en desmedro de la explotación de sus, prácticamente, esclavos a quienes, según
ellos, consideran docentes.
Si el gobierno realmente quiere realizar una inclusión social, este
sector de los docentes en colegios privados debería estar contemplado realmente,
pero no sólo de manera nominativa sino efectiva y punitiva contra quienes
atenten contra ellos. Por lo demás esperemos que se conozca íntegramente la
nueva LDD. Si la ley podría orientarse hacia la consecución de la real
democracia en su organización sindical, es decir un maestro un voto, entonces
ya se habría conquistado gran parte, aunque seguramente esta orientación no es,
y no debe ser, espíritu de la norma.
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