miércoles, 15 de mayo de 2013

Ley de Reforma Magisterial: Inmejorable oportunidad




Hace unos días el gobierno por fin publicó el reglamento de la Ley de Reforma Magisterial (LRM) con lo que empezó una nueva etapa para el magisterio nacional. Esta vez la cosa está más clara en relación  a lo que sucedió  con la ley de Carrera Pública Magisterial (CPM) que aprobó el gobierno anterior. En esa legislación contemplaba, por ejemplo, las evaluaciones para el ascenso y mejores remuneraciones que en casi cinco años de funcionamiento, nunca se realizaron. 
El gobierno aprista retrocedió ante el escaso número de docentes que previo examen ingresaron a la CPM, además que muchas detalles legales y administrativos, que son trascendentales para el docente, quedaron al aire. Disminuida y poco socializada, la ley se debilitó rápidamente, aún así, este proceso de implementación puso al sindicato entre las cuerdas lo que facilitó que esta la LRM la sucediera sin mayores sobresaltos.
Esta vez parece que la cosa es diferente. Primero que todos irremediablemente ingresan a la nueva ley, dejando la ambigüedad que existía entre los que estaban dentro de la CPM y la ley del Profesorado 24029. Segundo, el anuncio de dos exámenes para los que vienen de la ley del profesorado de manera casi inmediata, restará presión a las aún críticas que hay de la LRM y sincerará los conocimientos, actualización, estudios y rendimiento en el aula del profesor, digámosle antiguo o renuente o finalmente aquel que se encuentra dudoso de cambiar de norma. 
Tercero, la inminente convocatoria a un examen de directores y subdirectores (se habla de 15 mil a nivel nacional) era una medida más que urgente. Diríamos de emergencia, a raíz de la crisis generada en los colegios por la mala gestión que cientos de docentes en estos cargos que llevaron – entre otras cosas – a ahondar la crisis en la educación básica regular. Cuarto, el rol ejecutivo que tendrá a partir de esta nueva ley el director y la comunidad, será crucial para impulsar un resurgimiento (si alguna vez estuvo en buenas condiciones) de la educación pública.
Ahora el director será sancionador y hasta separador del cargo de los docentes que actúen contra la institución. La poca identificación, el mal trabajo y las faltas administrativas, hasta ahora, eran procedimientos interminables y cuando no, corruptos en los colegios, Ugeles y direcciones regionales. Aunque algunos podrían decir que el director podría convertirse en dictadorcillo, su renovación cada tres años, previa evaluación y su formación mediante una convocatoria nacional, acredita en cierto modo que actúe lo más disciplinadamente ya que la compensación salarial, a diferencia de lo que pasa actualmente, es realmente significativa. Y claro, nadie qué esté en estos cargos querrá despreciar un sueldo de más de cinco mil soles.
Otro punto que cuenta a favor sin duda son los incrementos salariales en los diferentes niveles. Tal vez lo que debería ser aclarado es la cantidad de plazas que se ofertarán para cada nivel en estos dichosos exámenes de ascenso. Sin son escasos, entonces habrá un desánimo generalizado en los maestros, que pudiendo aprobarlos, no serán ascendidos por falta de cupo o peor aún empezarán los cuestionamientos en relación a las presuntos exámenes dirigidos o con nombres y apellidos. Por eso también es importante que se acredite a los organismos que llevarán adelante estos procesos (tanto para directores y profesores) que pudiendo ser el ministerio de Educación no deberán ser ellos para, precisamente, disipar la duda de la manipulación de estos exámenes.
Esta podría ser una excelente oportunidad para revalorar el trabajo del maestro en aula, tan menospreciado últimamente por las autoridades y la población en general. Si no es directamente punitiva y es básicamente motivadora de mejoras de vida y status social, entonces con esta nueva norma la educación empezará a cambiar o se verán los resultados en la próxima generación. Todos se llenan la boca indicando que la educación es primero, que no hay sociedad desarrollada sin buena educación o que la educación es el inicio de toda transformación. Esta es una buena oportunidad para demostrar que en realidad hay intención de hacer las cosas bien. Este solo hecho, más allá de encuestas o reelecciones, podría ser el primer paso para que el gobierno pase a la historia.
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