lunes, 22 de junio de 2009

Fartolino y su tarea




Al profesor Jaime Fartolino Pimenta le han dado un cargo de bastante responsabilidad que es el de reorganizar la Dirección Regional de Educación. Harrrtaaa tarea le han dado al profe, suficiente como para llevar a casa y a su otro trabajo tamaño legajo, de corrupción, sobre dimensión administrativa, insensibilidad, presión mediática y sobre todo un sector sinónimo de bolsa política laboral donde van a parar las respuestas a la presión del clientelaje.

Pero Fartolino tiene algunas opciones claramente definidas que podría significar un cambio trascendental o significativo en este órgano sectorial. Aunque ya inició su cargo en la soledad que significa no contar con sus propios cuadros o la gente que le podrían garantizar el éxito del encargo presidencial de Iván Vásquez Valera de reorganizar el sector para fortalecer la Educación regional. ¿Puede llevar a cabo los cambios trascendentales sin gente en la cual confiar o con la cual contar como garantía de no volver atrás cuando estos cambios afecten la eterna argolla de funcionarios que hay dentro de este órgano? Es muy difícil, pero no imposible.

Talvez lo mejor que podría hacer Fartolino es continuar con algunas medidas que implementó su antecesora que podrían tener un efecto en el mediano plazo y que de seguir con estos planes de por sí ya garantizaría cierto éxito. Un ejemplo de ello es la descentralización definitiva, sobre todo presupuestaria de las Ugeles como la del Putumayo pero sobre todo la de Maynas. Porque, valgan verdades, la mayor culpa de los problemas de contratos no estuvo en la dirección de la DREL, estuvo en la Comisión integrada por el propio director de la Ugel y su grupo y si alguien debió tener la responsabilidad de la corrupción y los amarres en estos contratos que ahora vienen siendo revisados, es la UGEL y no necesariamente la Drel que dirigía Gloria Castillo Huerta, pero creo que al cambiarla pensaron en la ausencia de malicia que tendría la profesora para imponerse y negarse como lo hicieron en su momento los que no querían a Severo Linares, y no en responsabilizar directamente al que debió pagar por su inoperancia, pero a lo hecho, pecho, dicen.

Esto no quita que los funcionarios de la DREL, que ahora serán investigados (al menos esa es la promesa), hayan tenido que ver con ese desmadre que se armó en la DREL cuando repentina y extrañamente el Sutep inició su campaña en contra de la gestión. Es precisamente a que los funcionarios de la DREL aún tienen mucho radio de manejo en las contrataciones y procedimientos administrativos el porqué las cosas se desbordan en el sector. Descentralizar las Ugeles de manera efectiva dejará a la DREL huérfana de todo procedimiento de contrato (al menos el grueso del colchón) pero también no manejarán el rico billete, motivo por el cual las anteriores gestiones no han querido soltarla de sus garras, esto significa por ejemplo, que la Caja Chica de la DREL se reduzca a su mínima expresión y las gollerías se acaben. Si esto consolida Fartolino, entonces recién podemos decir que quiere hacer algo por el sector, de lo contrario nos está tirando pura boca, porque no necesita permiso legal del Gorel ni del Ministerio para cumplir algo que a nivel nacional ya se ha dado hace tiempo.


Otro de los objetivos que debería continuar Fartolino es consolidar el sinceramiento de las plazas para el contrato, tanto en los méritos de cada docente al concursar por ellas, como la ubicación y cantidades de ellos en las instituciones educativas, esto permitirá una supervisión, al menos, computarizada, porque pensar en la supervisión “in situ” es pensar en vano. El sector no cuenta con los recursos ni el personal idóneo para impulsar un proceso de control rural y citadina que complemente las carencias, antes que propugne la sanción como método para conducir al maestro a la penalidad administrativa, cayendo en el mismo círculo corrupto en el que se ha convertido esas comisiones de sanciones, reasignaciones, certificaciones de salud, etc.


Por eso es importante fortalecer la dirección de Gestión Institucional de donde parte todo este proceso y la de paso la de Gestión Pedagógica, que, valgan verdades, son órganos tan inoperantes que no cumplen siquiera en elaborar el Consejo Participativo Regional (Copare) o Consejo Participativo Local (Copale), órganos de consulta donde el Sutep fácilmente hubiera sido inoperado y donde se habría conseguido articular el esfuerzo de la Municipalización y el apoyo económico a las instituciones educativas más pobres o donde no se ha iniciado aún las labores por efectos de la creciente o donde, por ejemplo, ya se hubiera ideado un perfil del calendario escolar loretano diferenciado, claro siempre y cuando el director regional piense en serio sobre esto y no esté al capricho de otras personas.

Para todo esto no se requiere plata ni autonomía de Lima, sólo decisión auténtica de los que dirigen Educación , por eso no le creemos a esos quejosos que dicen que “mientras Lima no autorice e incremente el presupuesto en las regiones, entonces no se podrá hacer nada en Educación”, el problema es que en el sector la mayoría de veces se ha estado pensando en el plus de cada uno de los jefes y principales funcionarios, en las gollerías de la ociosidad, la repartición de las plazas en tácito conocimiento de la dirigencia y esperando que se embalsen los problemas para recién tratar de actuar. Si Fartolino sigue encaminando estas medidas, aparte del cambio definitivo de esa covacha en la que se ha convertido la DREL hacia el Subcafae, una política de puertas abiertas, un buen asesor de imagen institucional (no un mensajero), un buen asesor legal, que le permita anular contratos de los inasistentes pero con orden legal y mucha jerarquía y muñeca para negociar con el Sutep, entonces podremos decir al menos que Fartolino lo intentó.

Lea: http://www.federicoabril.blogspot.com/

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