Escuchando a Jorge Mera uno puede concluir fácilmente que se trata de una persona con buenas intenciones y hasta se puede decir que peca de ingenuo para plantearlas pero también puede colegir a continuación que este discurso, más allá del gallo en vida cacareando mientras recorre medios y calles, no son digeridas por la población. Mera Ramírez, hasta cuando critica parece ser bueno y en vez de apuntillar parece que hace buenos deseos por eso debería pensar bien si es seguro postular a la presidencia regional de Loreto ahora que empiezan a tomar fuerza la campaña electoral, talvez lo que debiera pensar mejor es replantear su estrategia si quiere llegar a continuar en el escenario local - regional. Jorge Mera es uno de esos candidatos que uno señala que va tener futuro político, el problema es saber cuando y con quien. Su experiencia en el parlamento en realidad no le pone en dirección inmediata superior de tentar la presidencia regional, es más, aspirar la alcaldía de Maynas lo tendría en un mejor escenario y hasta podría fácilmente acceder a ella con lo que demostraría, en el terreno de los hechos, la ejecución de lo que aún no sabe expresar con acciones directas en una posible gestión provincial que de hecho tendría mayor posibilidad de alcanzarla.
Mera si decidiera ser candidato a Maynas, se convertiría en la perita en dulce que cualquier candidato regional quisiera tener en sus filas provinciales, ya sea como alianza con MERA o mejor aún como parte de una lista regional mayor. El mayor obstáculo para este paso es sin duda el orgullo y vanidad de un político regional que hace años ha estado en campaña y asume que tiene una representatividad regional. Pero si ahora vemos con buenos ojos que Lourdes Flores del PPC intenta ser alcaldesa de Lima con una muy buena perspectiva en las encuestas, luego de haber tentado hasta en tres veces el sillón presidencial, porque no el “gallito” puede reducir sus aspiraciones por un período para agarrar nuevos bríos para un 2015 en donde ya pueda demostrar más coraje político.
Conviene la salida de Charles
En estos últimos días son muchos los que se han frotado las manos esperando una decisión de sentenciar a Charles Zevallos por parte de la Corte Suprema que no arrancaría para nadie un escándalo y por el contrario sería casi una consecuencia natural de su estado jurídico en Loreto luego de su paso por el municipio de Punchana. Aunque son abogados apristas los que estarían contribuyendo para afinar una decisión que ayude a su formula regional, no se descarta también que este apoyo se base en la escopeta de dos cañones tan tradicional y presente en el partido de gobierno. Un escenario provincial sin Charles sería una verdadera competencia donde casi todos partirían en las mismas condiciones. En esa posible figura electoral no creo que haya mayor problema para que un Jorge Mera se haga del sillón municipal o que un Jorge Monasí, con todo lo pedregoso que puede sonar su lenguaje, podría también tener mucha suerte. Incluso los que intentan reelegirse como Salomón Abensur y Juan Del Aguila tomarían nuevos bríos sin un díscolo Zevallos fuera de combate. Todo podría suceder.
Las mujeres otra vez rezagadas
Lo que si debemos lamentar una vez más es la falta de aparición de una mujer que pueda competir con igualdad de exposición o arraigo que candidatos varones consolidados a lo largo de los años en Iquitos y a nivel regional. Lo de Rosa Ochoa como precandidata en el APRA no pasa de ser un intento similar a la de Clara Bustamante al Congreso, sana intención con pegada en la militancia que los propios compañeros se encargaron de postergarla en beneficio de los líderes que ahora representan al partido en Loreto. Lo de Mirna Villacorta llega a ser la apuesta por una mujer con los principios políticos bien intencionados pero con la ausencia del carisma particular que pueda, por ejemplo, pararle el macho a un Charles Zevallos o discursear demagogamente cuando así – lamentablemente – haya que hacerlo en una lid regional sui generis. Otra figura que debió tener mayor consistencia en el tiempo es la carismática Patricia Donayre que prefirió otros intereses profesionales a una apuesta por abrirse espacios políticos en la región y dejó a su padre que se configure más en una especie de bendición electoral que candidato efectivo.
Los tres del final
Definitivamente las alianzas que se intentan cocinar al interior de las organizaciones regionales o provinciales esta vez tendrán que mirar a los grupos grandes para que puedan sostener la campaña. La orfandad de los desvalidos grupos pequeños no van a poder competir si no es con el aparato que implica un grupo regional compuesto económica y organizativamente, el “auspicio privado colosal” o el respaldo de una figura política nacional que despierte la simpatía necesaria en su candidato local para romper con esos candidatos que estarán siempre expuestos por diversas circunstancias en medios, plazas y calles. No es poco lo que los grupos hegemónicos actuales van a derrochar en campaña, sólo vasta saber como se están organizando los paquetes de obras para concluir que la campaña será muy dura y casi quijotesca para los pequeños. Por eso Unipol, Fuerza Loretana y talvez un Lores, el Nacionalismo y el APRA tendrán que juntarse necesariamente sino en fuerzas comunes al menos en líderes para que al final puedan tener mejor suerte en la elección, al menos, regionalmente hablando.
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